Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://barbarahjai162715.blogsidea.com/45180366/cómo-reaccionaron-los-jugadores-al-cabezazo-de-zidane