Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la https://zubairudwb121606.bloggerchest.com/38608169/por-qué-materazzi-provocó-a-zidane